Francisco Alonso -

Mi nombre es Francisco Alonso. Nací en una pequeña comunidad purépecha de Michoacán, México, en 1975. Vengo de una líneaal de revolucionarios, curanderos, músicos y artistas. Debido a la persecución política/militar, la desigualdad económica y la discriminación indígena, mi padre se fue a los Estados Unidos en 1974, solo, para huir del ejército mexicano, convirtiendo este área en su nuevo hogar. El resto de la familia lo unió en 1986 para convertirse en trabajadores agrícolas en Watsonville. Como resultado de estas condiciones, soy el único en la familia, entre cinco hermanos, que mostró interés y continúa aprendiendo y practicando estas tradiciones, con alegría y orgullo, excepto la revolución armada.

Mis primeras memorias como niño fueron observar con curiosidad todas las formas y colores en la naturaleza e intentar reproducirlos en papel. También estaba fascinado por los colores y texturas que se producían en la elaboración de cerámica de arcilla en mi comunidad. Y me asombraba por todos los patrones geométricos llenos de color en las tapetes de lana de mi pueblo. Mirar hacia atrás a estas memorias de infancia temprana que dejé en mi pueblo natal pero nunca dejé mi alma, me ayudó en mi crecimiento artístico-desarrollo.

Cuando tenía diez años, conocí el graffiti por primera vez de los vecinos de mi nueva ciudad. Estaba fascinado y ansioso por aprender sobre este nuevo medio/expresión. Aprendí rápidamente a los diez años y antes de que me diera cuenta, había pintado con éxito varias piezas en Watsonville y continué mejorando y dominando esta nueva técnica durante los ocho años siguientes. Pero el graffiti fue reprimido y perseguido por la policía. También se convirtió en una actividad muy peligrosa porque fue infiltrada por bandas y se convirtió en un escenario violento. Algunos de mis compañeros de equipo fueron asesinados o castigados con prisión y multas.

Me asusté mucho y dejé de pintar graffiti, pero afortunadamente uno de los padres de mi compañero de graffiti era un legendario muralista del movimiento artístico mural chicano. Me presentó a él, Guillermo Aranda, y después de conocerlo nos conectamos profundamente a través de la identidad e historia indígena. Me tomó bajo su ala como aprendiz donde asistí en la pintura de murales en escuelas locales. Desde entonces sabía que el muralismo/pintura era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Me comprometí a estudiar la historia y forma artística del muralismo enfocándome en frescos precolombinos y su evolución actual. En este proceso tuve la oportunidad de conocer y colaborar con algunos de los legendarios y originales colectivos murales del movimiento chicano: El Chicano Royal Air Force de Sacramento, Tortuga Border Patrol de Santa Cruz y costa central, y Toltecas en Aztlan desde el área de San Diego.

Asistí a la Cabrillo College donde comencé mi educación artística académica formal y continué en la Universidad Estatal de San Francisco donde gradué en 2005 con una licenciatura en Artes Visuales con énfasis en pintura. Durante mis estudios en San Francisco trabajé en el ``Estudio Fresco La Reconstrucción", con el maestro, José Galindo, de la Ciudad de México. Él era un muralista de tercera generación del Movimiento Muralista Mexicano que comenzó en 1920. El maestro José Galindo estudió bajo John Hultberg quien estudió bajo el gran muralista mexicano, David Alfaro Siqueiros. También descubrí recientemente que Guillermo Aranda, mi primer profesor de muralismo, estudió y trabajó con Gilberto Ramírez de la Ciudad de México quien también estudió bajo David Alfaro Siqueiros. Siempre he sido un gran admirador de Siqueiros por sus composiciones poliángulas y uso de herramientas para ejecutar murales. Y también por ser el padrino del graffiti por sus grandes técnicas muralistas. Algunos de sus primeros murales en los años 1930 fueron pintados con un compresor y pistola de pulverización en lugar de usar pinceles y pinturas convencionales. Esto ocurrió veinte años antes del nacimiento del aerosol de pintura. Con gran honor y respeto honro el espíritu de Siqueiros en mis murales y todos mis demás mentores.

Desde que fui consciente de mi papel para desarrollarme como artista me di la oportunidad de viajar y pintar, y aprendí sobre otras culturas. Viajé por Europa, Noráfrica, Asia, las Islas del Caribe e Iberoamérica. Una de mis trayectorias artísticas más largas fue viajar por tierra y mar a lo largo de Iberoamérica en 2009 moviéndome de norte a sur lo que duró cuatro años. Durante este tiempo pinté en todos los lugares donde me alojaba con personas que me acogieron y cuidaron. Muchos de mis murales decoraban barrios pobres con imágenes que representan la historia cultural indígena, patrimonio e identidad local.